OTRA VISIÓN SOBRE LA NUEVA LEY DE LA CIENCIA.


Un fiasco: la Ley de la Ciencia.

José Carlos Bermejo Barrera.

La Ley de la Ciencia que se está tramitando es otro fruto más de la confusión ideológica y política en las que se mueven las universidades, los partidos políticos y el gobierno de España. Habría que destacar en primer lugar que no tiene mucho sentido elaborar una ley sobre la ciencia, cuando es ya una opinión ampliamente compartida que no es posible definir qué es esa cosa llamada ciencia, si por ciencia se entienden materias tan dispares como el álgebra, la química orgánica, la física teórica y la filología griega, todos ellos, eso sí, campos de conocimiento bien definidos y académicamente regulados.

Si entendemos que ciencia es sinónimo de conocimiento sin más, estaría claro que a nadie se le ocurriría elaborar una ley general del conocimiento, del mismo modo que no puede redactarse una ley sobre el mundo, la materia, ni sobre el amor y la felicidad. Sin embargo, dado que nuestros legisladores son por lo general personas competentes en el manejo de la técnica jurídica – aunque su nivel de competencia parezca ser, a veces, decreciente en proporción geométrica-, está muy claro que lo que el legislador quiere regular en este texto normativo no es el conocimiento, sino aquel conjunto de conocimientos que puedan permitir el desarrollo de unas técnicas aplicables en el campo de la producción de bienes para el mercado, con lo cual la mayor parte de los saberes académicos deberían quedar excluidos de esta nueva ley.

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NUEVO PARADIGMA UNIVERSITARIO.


Este largo artículo interesará especialmente a quienes,  como yo, se sienten fuera de la que llamo “realidad-publicitaria” en que está sumida la universidad española.

En mi opinión se necesita un nuevo paradigma para el funcionamiento de nuestra  universidad, igual que hace falta para la sociedad en su conjunto.  Se hace incluso imprescindible,  antes de que esta “realidad-publicitaria” acabe haciéndose añicos, ante los atónitos ojos de las nuevas generaciones de alumnos, profesores y trabajadores en general, por la crisis del sistema económico imperante.

Los creadores y defensores de esta “realidad-publicitaria” en la UCO son muchos, y no les va nada mal en cuanto a poder y gestión de recursos. Por tanto, no quieren y tampoco les gusta que se hable de poner en marcha ese nuevo paradigma universitario que pondría en peligro su privilegiada posición.

Sería utópico pensar que en nuestra plácida “realidad-publicitaria”, escritos como éste puedan servir para generar debate. Al menos espero os interese y sirva de muestra de que hay otras realidades (opiniones) posibles.

Digo Llanes Ruiz

Tomado de http://firgoa.usc.es/drupal/node/47659

¿Por qué es necesario cerrar ya la ANECA y neutralizar su ideología?

José Carlos Bermejo Barrera.
Catedrático de Historia Antigua. Universidad de Santiago

La supresión de la ANECA, mediante un decreto o una ley que la deje sin efecto legal alguno, es una necesidad imperiosa del sistema universitario español, debido a que es la propia existencia de esa agencia la que imposibilita cualquier reforma real de las universidades españolas.

Como veremos a continuación, el proceso de creación y consolidación de esa agencia, pieza clave de la política universitaria del PP y del PSOE, ha traído consigo:

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OPINIONES INTERESANTES (2)


La “reuniversidad”

BONAVENTURA DE SOUSA SANTOS

Carta Maior
Traducido por Antoni Jesús Aguiló y revisado por Àlex Tarradellas

En mi última crónica describí un escenario perturbador para el futuro de la universidad europea como resultado de los actuales procesos de reforma. Señalé que se trata sólo de un escenario posible cuya emergencia puede evitarse tomando algunas medidas exigentes.

En primer lugar, hay que empezar por reconocer que la nueva normalidad creada por el escenario descrito significaría el fin de la universidad tal y como la conocemos.

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CAMPUS DE EXCELENCIA E INFORMACIÓN


CAMPUS DE EXCELENCIA E INFORMACIÓN.
Diego Llanes Ruiz.
Catedrático de Genética.

Hace pocos días el equipo de gobierno de la Universidad de Córdoba, distribuyó una nota de prensa para salir al paso de algunos comentarios aparecidos en la prensa (Diario Córdoba 22 Noviembre 2009 y El Día, 19 Noviembre 2009) en relación con la falta de información existente sobre el Campus de Excelencia Agroalimentario, CeiA3, que ha presentado y liderado la UCO junto con otras cuatro universidades andaluzas, Jaén, Huelva, Almería y Cádiz. El comunicado muestra que el tema ha sido objeto de información tanto en los medios públicos, prensa, como en la Web de la UCO, así como en diversos informes del Rector al Consejo de Gobierno y anuncia que en el próximo claustro habrá una exhaustiva información.

En mi opinión, el problema con el CeiA3, es otro, y no la cantidad de veces que se ha hablado de ello en las diferentes instancias y medios. Admitiendo que han sido bastantes, quedaría saber porqué razón la información no ha calado en el conjunto de la universidad, quizás se ha pensado que se trataba de otra campaña publicitaria del tipo, ver claro Bolonia, la mejor universidad pública española,…

El problema con el CeiA3, a mi entender, es el ámbito donde se ha decidido que nuestra universidad, o una parte importante de ella, sea llevada a un proceso de agregación y gestión común con las otras cuatro universidades andaluzas antes citadas. Se reconoce, implícitamente, en el comunicado que no ha existido ningún acuerdo del Consejo de Gobierno, máximo órgano de gobierno, sobre el CeiA3.

¿Cómo es posible que un tema de tanta trascendencia, la agregación de parte de la UCO con otras universidades, haya sido decidido por un grupo de profesores, aunque formen parte del actual equipo de gobierno?

Dos son las causas que explicarían esta situación. La primera, el débil pulso que la democracia tiene en la universidad (no sólo la cordobesa). Los intereses particulares y de grupo han sustituido a los generales en la gestión universitaria.

La segunda causa, y quizás mas importante, es el propio objetivo del programa de Campus de Excelencia (CE). Este programa del Ministerio de Ciencia e Innovación ha sido entendido por la universidad española como una forma nueva de captar fondos adicionales para “ladrillos” y los CE son un método tan bueno como cualquier otro. Por ello la universidad española, en general, no ha considerado necesario molestar a sus Consejos de Gobierno con discusiones inútiles sobre el tema. Cuando tengan amarrados “los dineros” ya habrá tiempo de llegar a un acuerdo en el reparto, que favorezca como es usual a los grupos más influyentes de cada universidad.

El problema con el CeiA3 de la UCO es que, como bien dicen desde el rectorado, se trata del único, que de aprobarse, puede significar una agregación de cinco universidades. Lo que haría necesario una gestión común de parte de la docencia, investigación y transferencia. El resto de los CE, Sevilla y Granada por ejemplo, se sitúan en una sola universidad y así no es necesaria agregación de universidades y el reparto de fondos sería gestionado por cada una de ellas de forma independiente. “La agregación de cinco universidades”, que nada tendría que ver con “ladrillos”, es lo que no ha sido explicado ni ha sido motivo de información en la UCO, cuando debería haberlo sido antes de presentar el proyecto.

En caso de que “la agregación” no sea un mero aspecto de “marketing” y se trate de algo serio, de lo que tengo mis dudas, se podrían hacer preguntas como: ¿Qué grados, masteres y grupos de investigación formaran parte del CeiA3? ¿Estos tendrán derecho preferente y/o exclusivo a los fondos? ¿Cuál es el futuro en la UCO de los grados y masteres que no son excelentes? Aspectos que deberían de haber sido conocidos y evaluados por facultades, escuelas, departamentos, grupos de investigación antes de ponerlos ante un hecho consumado y del que carecen de información ya que el modelo de agregación y la gestión común nunca apareció en la información suministrada.

Considero y defiendo el proceso de agregación de universidades y su diferenciación en Campus, como algo necesario y positivo para obtener un modelo de gestión universitaria más eficaz y racional, y así afrontar mejor la crisis actual y participar de un nuevo modelo de desarrollo. Mucho me temo que el camino escogido no va por estos derroteros, los CE han sido percibidos por las universidades como una manera de obtener los fondos para seguir en “ladrillos”, ahora que se hace más necesario tras una adaptación a Bolonia a coste cero.

Las universidades que han quedado fuera de la selección previa han realizado débiles protestas sobre el método de selección, ya que pueden tener muy difícil conseguir fondos extra para construcciones. Habría, por tanto, que felicitar sinceramente al equipo de gobierno que nos ha puesto en el camino de conseguir esos fondos, aunque nos puede someter, si la agregación se hace necesaria, a un proceso que ni ha sido conocido, ni aprobado “a priori”. Si todo ha sido una táctica para conseguir “dineros” para construcciones, y la agregación es solo virtual, habrá que considerar que los miembros del equipo de gobierno han sido capaces de llevar a cabo una obra maestra de ingeniería universitaria para incrementar las finanzas de la UCO sin tocar su estructura.

He preferido hacer este escrito antes de conocer el resultado de la evaluación internacional, en la que deseo lo mejor para nuestra universidad, y así evitar malos entendidos que siempre conllevan los análisis a posteriori.

Bolonia y los proyectos del Ministerio de Ciencia e Innovación para las universidades públicas.


Diego Llanes Ruiz
22 febrero 2009

Plan Bolonia y Mercado

Las palabras del Secretario de Estado de Universidades, Mario Rubiralta, afirmando, en la Universidad de Oviedo el pasado 25 de Noviembre, que “si alguna universidad va a cerrar no será por Bolonia, será por el mercado1, junto con comentarios como, “hay que abordar un proceso de reducción del número de universidades, bien mediante procesos de fusión, transformación o extinción pura y simple,….” recogido del foro de debate del Ministerio de Ciencia e Innovación,2 y la noticia del apoyo del Ministerio para la elaboración del primer ranking nacional de universidades, vienen a confirmar lo que muchos nos temíamos sobre los objetivos del actual equipo ministerial. Para este equipo lograr la diferenciación y estratificación de las universidades públicas españolas y hacer a algunas útiles “al mercado” y visibles internacionalmente son objetivos básicos, aunque “el mercado”, pueda dejar a algunas en el camino. Estos objetivos evi-dentemente no se recogían en el “Proceso de Bolonia” pero sí en la Estrategia Universidad 2015y el programa Campus de Excelencia Internacional. 

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Plan Docentia – Actitudes Críticas .


Los compañeros de la Junta y del Comité de Empresa del PDI de la Universidad de Huelva nos envían este documento, que han dirigido al Vicerrector competente, en el que manifiestan su postura conjunta que ante la propuesta del Plan Docencia. Nos aseguran que la postura de la Universidad de Jaén es prácticamente la misma.

http://www.uco.es/jpdi/archivo/2008/081119_JPDICE_UHU_docentia.pdf

La UCO tiene pendiente aprobar e implantar el Plan Docentia. La JPDI de la UCO ha estado atenta durante los preliminares y se ha pronunciado en varias ocasiones al respecto. Aunque la JPDI ha mantenido entrevistas con el Vicerrector de Calidad y con el Rector, no se ha establecido un proceso de negociación en las condiciones previstas en el EBEP.

En estas circunstancias, esta JPDI permanece en actitud expectante de los acontecimientos, atenta y preocupada por este asunto. Hará publica su postura a su debido tiempo.

¡La evaluación que nunca existió!


Luis Morera Sanz
19 noviembre 2008

El pasado domingo, 20 de abril, el diario Córdoba publicó – sección Debates de Córdoba – un artículo del Sr. Vicerrector de Planificación y Calidad de la Universidad de Córdoba, en el que puede leerse, al final del primer párrafo: “…por el contrario, la docencia nunca fue evaluada y los quinquenios se concedieron automáticamente …”. Contundentes afirmaciones, que entran en contradicción con lo que se dice en dos resoluciones de la UCO, en las que se me comunicaba: “Efectuada la evaluación favorable de méritos docentes prevista en el Real Decreto 1086/89, de 28 de Agosto, sobre retribuciones del Profesorado Universitario,…..” (7/11/1989) y “Efectuada una nueva evaluación favorable de méritos docentes prevista en el Real Decreto 1086/89.….” (11/11/1991).

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PLAN DE CALIDAD.


Opiniones de Diego Llanes.
Reunión de CC.OO, lunes 18 Diciembre 2006.

PLAN DE CALIDAD.

He de aplaudir que se ponga en marcha un Plan que dé sentido a la creación de los nuevos vicerrectorados, demostrando así que no ha sido una mera componenda electoral, como hasta ahora me parecía.

El documento marco, en mi opinión, esta deficientemente organizado, no hay una secuencia temporal de objetivos, los programas se solapan, no hay organización por importancia, hay repeticiones y tampoco aparece un presupuesto económico que pueda hacerlo creíble y factible. Su lectura se hace complicada y por tanto su comprensión difícil.

Las primeras seis páginas del documento son perfectamente suprimibles o podrían formar un documento distinto, dedicado, especialmente, a aquellos interesados en las bases teóricas y legales de la tan en boga “calidad” de la actividad universitaria.

La referencias a los Estatutos, no es ni mucho menos exhaustiva, ¿donde queda, la puesta en marcha del Título V? Falta un aspecto básico que lastra, a todo el documento, el artículo 158 punto i) dice “El establecer los criterios de participación del personal en la determinación de las condiciones de trabajo.” Sin desarrollar este punto todo queda en manos de la buena voluntad del rectorado de turno. Sin estos criterios no sabemos como se desarrollará y consensuará el Plan ¿Con los directores de departamento? ¿En el Claustro? ¿Con los decanos y directores? ¿Con quién? Por cierto en ningún lugar del documento aparecen ni tan siquiera nombrados, los sindicatos, ¿estamos, de nuevo, ante la tradicional y hereditaria alergia de los sucesivos gobiernos de la UCO a los mismos?

SOBRE OBJETIVOS.

Echo en falta en todo el apartado el ¿Cómo se llevarán a cabo las propuestas?

Se propone, fomentar, lograr la confianza, universalizar, dar respuesta, sensibilizar,… No debemos olvidar que aún siendo un borrador se trata un documento marco que sale del gobierno universitario y no un documento al que dé forma y contenido “la comunidad universitaria”.

Cuando se hace más concreto el documento es para decir, “de acuerdo con la normativa y directrices marcadas por sus agencias ó programas”, evidentemente no podría ser de otra forma.

Dos ejemplos:

  • ¿Cómo se pretende alcanzar para la UCO una elevada posición en el ranking nacional de universidades? Desconocía que existiera tal ranking oficial; y si se refiere a los oficiosos (como los del diario El Mundo), para subir en ellos, primero deberíamos saber que están midiendo.
  • Antes de decir que se va a “Proporcionar al profesorado de a UCO los medios, actividades de formación e incentivos necesarios…” se debería haber negociado en el presupuesto una partida, ¿se ha hecho?

PROGRAMA DE ACCIONES.

SOBRE EVALUACIÓN INSTITUCIONALY PLANES DE MEJORA.

Para empezar se dice que nos someteremos a las evaluaciones periódicas, de acuerdo con las directrices del gobierno. No puede ser de otra forma ¿o si?

A continuación se presenta un resumen de un proceso evaluador y los criterios de calidad de los procedimientos serán los establecidos por la EQA (de la reunión de Ministros de Bergen) por epatar, entre tanta falta de criterios específicos que no quede.

Además lo más sorprendente, quizás lo leí mal, es que la misma UCO, por sus propios medios, eliminaría docencia “quedando las adecuadas al potencial docente de la UCO”. Creía que el cierre de titulaciones sería competencia de la CICE, pero debemos felicitarnos ya que estamos dispuestos a realizar su trabajo. Me gustaría conocer ¿cómo se va a llevar a cabo el proceso? Por supuesto, no hay pistas.

EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD DOCENTE.

La falta de medidas concretas es alarmante.

¿Cómo se va a disponer de indicadores para establecer una remuneración diferencial del profesorado? ¿Tendrá algo que ver con la diferente carga docente?

Aunque parezca mentira, se pretende concienciar al profesorado de la importancia de la docencia. ¿Que hace la mayoría del profesorado día tras día? ¿De que universidad y de que profesorado está hablando el vicerrector?

FORMACION DEL PROFESORADO.

Para empezar me gustaría saber ¿Cuál es la carrera docente del profesorado de la UCO? La desconozco, quizás sea mi culpa. Sin definir, todo el programa queda confuso.

Los planes de formación son ¿tan sólo para los de nueva incorporación? ¿También para los funcionarios?

Además de cursos de actitud (novedad evidente por concretar) podría completarse con un certificado de aptitud pedagógica universitaria. Aunque: ¿Sería para todos? ¿Sólo aconsejable? ¿Obligatorio?

Como todo no puede ser negativo aquí encuentro cosas positivas:

  • Cursos de lenguas extranjeras, ingles preferentemente.
  • Difusión de experiencias.

MEJORA DE LA INNOVACIÓN DOCENTE.

Aquí aparecen alguna novedad: Los grupos docentes.

El problema a resolver es: ¿Qué hacemos con los departamentos y, sobre todo, con sus cargos?

Financiación a estos grupos docentes. Entonces: ¿se dejará de financiar a los departamentos? y ¿en que quedan las atribuciones y las retribuciones del director y el secretario de departamento?

Más cosas positivas:

  • Potenciación de los proyectos de mejora docente.
  • Creación de los servicios de apoyo a la docencia para algunos profesores.

Una increíble. Financiación por contratos programas de la docencia y, sobre todo, a las de rendimiento deficiente. A que rendimiento se refiere: ¿al de los alumnos? ¿al de los profesores? Parece imposible de combinar con la estructura departamental.

Mas cosas positivas:

  • Potenciar las comisiones de docencia.
  • El asesor académico, un nuevo cargo; un sector de la comunidad universitaria, ávida de cargos, lo recibirá con ilusión y encantada.

Otra increíble:

Base de datos docentes. Por fin podría saber el número de alumnos matriculados, presentados, suspensos,…. especialmente de la asignatura que doy.

Todo un descubrimiento para la “calidad”. Para terminar una buena campaña publicitaría que, desarrollada por FUNDECOR o CEUCOSA, podrá remediar posibles errores y justificar gastos.

Epílogo.

En resumen, mucha letra (11 páginas), escasa organización y al final, me quedo con las ganas de saber que es lo que realmente está dispuesto a acometer, el nuevo rectorado, respecto a la docencia.

Creo que el vicerrectorado tiene mucho trabajo por delante para mejorar el documento, trabajo que no puede, ni debe ser desarrollado por otras instancias.

Será necesario saber cuales son los fondos disponibles, los criterios de participación, el calendario temporal, y las acciones concretas. Tal como está, creo que sería inútil participar en su mejora. Quizás cuando se aclaren las reglas del juego y se concreten sus objetivos pueda tomarme en serio este Plan y colaborar en su desarrollo, en tanto quedo a la espera.

En cualquier caso este vicerrectorado ha presentado un documento, y por ello enhorabuena y que cunda el ejemplo.

Objeciones a las Propuestas de “Premios a la Calidad Universitaria” y “Reglamento para la Evaluación del Profesorado”


Objeciones a las Propuestas de  
“Premios a la Calidad Universitaria”
y “Reglamento para la Evaluación del Profesorado”

presentadas por el Excmo. Sr. Comisionado para la Gestión de Calidad y Programas de Innovación y sometidas a audiencia pública hasta el 10 de septiembre de 2004. 


Manuel R. Ortega Girón
Representante del Profesorado en el Consejo de Gobierno

Preámbulo

 

Reconozco el esfuerzo realizado por la Comisión de Calidad,  pero lamento no poder  felicitar a V.E., Sr. Comisionado, por las dos Propuestas que somete a audiencia pública. Tengo el firme convencimiento de que ambas presentan tantas carencias y defectos de forma  y de fondo que no deberían continuar su tramitación para su aprobación por el Consejo de Gobierno.

 Hace justamente un año,  con motivo de la  presentación ante el Consejo de Gobierno del denominado “Nuevo Modelo de Evaluación del Profesorado”,  expresé mi convicción de que no estaba claro ni su  finalidad, ni su alcance,  lo que producía una cierta alarma y desazón entre el profesorado. A la vista de las Propuestas de “Premios a la Calidad Universitaria” y de “Reglamento para la Evaluación del Profesorado”, reconozco que mis temores, no solamente estaban justificados, sino que han sido ampliamente desbordados. 

Apoyaré cuantas iniciativas tengan como finalidad la mejora efectiva de la Calidad de la Docencia, incluidas las concernientes al Control y Evaluación de las Actividades del Profesorado. Sin embargo, entiendo que estas Propuestas, si fuesen aprobadas por el Consejo de Gobierno, producirían un efecto adverso al que se pretende. 

No he presentado sugerencias a las Propuestas; presentarlas implicaría discrepancias sobre pocos o muchos aspectos, con el ánimo de que fuesen mejorados. No es ese el caso. La discrepancia con las Propuestas es total; tanto el enfoque como los medios me parecen realmente desafortunados. 

Objeciones a las Propuestas

 

Resulta pueril e impropio de una Institución Universitaria afirmar que la “Cultura de la Calidad” se puede potenciar mediante un sistema de premio/castigo. Esta idea trasnochada y competitiva parece influenciada, en su versión moderna, por una seudocultura  de concurso televisivo y calcada del “Empleado del Mes” de McDonal’s, donde la dedicación a la empresa se mide por el número de hamburguesas cocinadas o vendidas.  Puede que allí funcione; pero en “esta empresa” nos motivamos (o deberíamos motivarnos) de otra manera.

Puede parecer relativamente sencillo designar el “Centro del Año” y los “Profesores del Año”, máxime cuando se hace subrepticiamente, sin conocimiento ni consentimiento de los beneficiados. La puesta en escena subsiguiente, con imposición de bandas de honor y entrega de cheques gigantes (que se vean bien en los media), parabienes y aplausos (muchos aplausos) puede ser deslumbrante. Cabría pensar que los profesores no agraciados por tales recompensas, que asistan a semejante carnavalada, presos de sana envidia[1], redoblarían esfuerzos para hacerse acreedores de ellas en futuras ediciones. Dudo que eso ocurra, aparte de por razones éticas y estéticas, porque son tantos los parámetros que intervendrían en la designación de “los mejores del año” que lo  fortuito o azaroso, en el mejor de los casos, sería determinante. 

Los resultados de las “Encuestas a los Alumnos” acerca de su grado de satisfacción con el buen hacer del profesor no debería servir en ningún caso para decidir la percepción económica del profesor. Parece que se trata de primar al profesor “guay”, preocupado por agradar, sobre el profesor responsable, preocupado por la formación de sus alumnos. Podemos imaginar las posibles corruptelas, incluidas prevaricaciones difícilmente demostrables, si nuestros ya menguados salarios se viesen amenazados por el albur de unas encuestas. Todo ello contribuiría no a la mejora de la calidad sino a la degradación más infame de la enseñanza universitaria. 

Y, por supuesto, una vez más tengo que incidir en que resulta paradójico, por no calificarlo de alucinante, que la “Excelencia Docente” esté “valorada en conjunción con la labor investigadora y la participación en tareas de gestión, académicas y/o institucionales (sic)”. Además de un nuevo menosprecio de la labor docente, parece que se trata de galardonar siempre a los mismos,… 

En definitiva, en las Propuestas presentadas por el Excmo. Sr. Comisionado de la Calidad, se pretende conseguir unos resultados vistosos, presentables al público, galardonables, … mucha fanfarria, mucho oropel,…frente al trabajo continuo,  silencioso, abnegado, entregado, vocacional,… la verdadera actitud de tantos profesores que nos sentiríamos estafados si prosperasen las Propuestas. 

¿Cuál sería el enfoque correcto?

 

Permítame,  Excmo. Sr. Comisionado, algunas sugerencias acerca de las líneas generales de actuación  para conseguir la Mejora de la Calidad Docente, encaminadas a la detección y corrección de problemas conocidos.  Los detalles correspondientes a la ejecución de estas líneas de actuación deberían establecerlos V.E. y la Comisión ad hoc. Reconozco que no son tan fáciles de poner en práctica como las que nos ha ofrecido en sus Propuestas; requieren mucho más imaginación, esfuerzo y dedicación y los resultados no serán tan gratificantes para los amantes del espectáculo, incluso serán considerados por algunos como una agresión a sus privilegios. 

Expongo: 

  • Realizar un seguimiento del cumplimiento efectivo de las obligaciones docentes que deberíamos tener asignadas de una forma clara, vigilando que los planes docentes sean reales, en lugar de pura ficción como ocurre en demasiados casos.
  • El Excmo. y Magco. Sr. Rector debería de intervenir, no tan solo recordando las obligaciones del profesorado, sino sancionando los casos de incumplimiento, cuando proceda.
  • Reglamentación de las enseñanzas no regladas impartidas por el profesorado que, en no pocos casos, sustituyen a las enseñanzas regladas. La proliferación casi descontrolada de esas enseñanzas no regladas contribuyen en gran medida a la desmotivación del profesorado en el cumplimiento de sus obligaciones primigenias. En particular, el Reglamento debería limitar la participación en enseñanzas no regladas de los profesores que tengan reducción de carga docente para dedicarse a otras actividades académicas ajenas a la docencia y de quienes estén adscritos a departamentos que declaren déficit de profesorado.
  • En lugar de detraer recursos, incrementar los recursos de los Depar­tamentos para el desarrollo de sus funciones docentes, no en función de su participación en los procesos de evaluación y calidad universitaria, sino en función de sus necesidades reales contrastadas.
  • Promover cursos de perfeccionamiento del profesorado en sus respectivas disciplinas y cursos de formación en materias que potencian la labor docente, tales como los usos de las “nuevas tecnologías”; cursos que realmente interesen al profesorado, sin necesidad de recurrir a promesas pueriles de recompensas que atentan contra la dignidad profesional.
  • Dignificar el desempeño de la docencia, sin necesidad de entreverarla con otras actividades, dignas, pero ajenas a la misma, particularmente el desempeño de cargos académicos.
  • Recuperar el poder adquisitivo del profesorado universitario, con sueldos semicongelados desde hace demasiado tiempo, consolidando los complementos autonómicos, que ha llevado a algunos (quizás demasiados) a buscarse “complementos” en detrimento de su actividad académica.

Básicamente, las líneas de actuación anteriores se reducen a una: 

Promover la “Cultura de la Responsabilidad”; puesto que la capacidad docente se nos supone, de ésta se derivará de forma natural la “Cultura de la Calidad”. 

Que se inspira en un principio básico: 

Si al profesor se le considera como un profesional responsable, posiblemente responderá como un profesional responsable; si se arbitran medidas propias de un parvulario,… Dios nos coja confesados. 

Por supuesto que este principio no será aplicable en algunos (quizás, muchos) casos, incluso estableciendo los controles y seguimientos oportunos; no nos preocupemos por ello, se trata de los casos manifiestamente irrecuperables cualquiera que sea la metodología que se aplique. 

Un cordial saludo 

En Córdoba,  a 10 de septiembre de 2004


 

[1] La envidia, como el colesterol, puede ser buena o mala.